Hacia abajo...

Y aquí estamos de nuevo otra vez..casi 3 años después la vida es una rueda y de nuevo estoy escribiendo con una botella de vino que ya va por menos de la mitad, sintiéndome una mierda, como si algo me agarrase un poco por encima del estomago y me estrujase hasta dejarme sin poder respirar. Dicen que los mejores relatos surgen de los peores estados anímicos...bien, le puedes decir a ese gilipollas que tengo un blog en myspace que demuestra lo contrario. En mi antigua ruptura me pase meses escribiendo un diario (diario de verdad, coño, que escribía cada día) y es una puta mierda. Ahora ni siquiera puedo borrarlo ni esconderlo de mis amistades que en aquel entonces deberían pensar que se me había ido la olla. Y no estaban muy lejos de la realidad.

En fin, como puede ser alguien tan estúpido como para dejarse caer otra vez en el mismo agujero? Quien invento las relaciones? Quien fue el gilipollas que dijo que un hombre y una mujer (o dos hombres o dos mujeres, que supongo debe ser lo mismo) podían estar juntos por años, que las bonitas palabras, las promesas, los sacrificios, significaban una puta mierda...quien coño fue que le cortaría las piernas y luego prendería fuego a su casa solo para ver como huye arrastrándose sobre sus muñones sangrantes? Quizás, como dicen, es una etapa de llevar una coraza que no deja a personas del sexo opuesto siquiera acercarse, pero piénsalo fríamente, tan cierto como que 2+2=4: cuanto crees que puede durar tu relación? Cuando piensas que la otra persona se hartara de tus defectos? O tu te hartaras de los suyos? Cuando se acaba la pasión, cuando cae la cortina y te das cuenta de que la otra persona no es lo que pensabas...que queda luego? El cariño? Tengo cariño por un perro o por un gato atropellado en la carretera, pero como puedes tener cariño simplemente por la persona con la que duermes todos los días.

Claro, cariño, yo te quiero, te echo de menos, pero esto no funciona y no podemos seguir así...que mierda significa eso? Tópicos, palabras sin sentido que se pierden en el viento cuando todo se acaba y tienes que empezar a buscar algo fuera. Cuanto crees que ella tardara en encontrar a otra persona? Una mujer da la vuelta a la manzana y ha tenido 5 oportunidades de follar...tu ya puedes caminar todo el maldito barrio que si tienes alguna oportunidad sera algo que cuentes a tus colegas al día siguiente como el puto hallazgo del arca de noé.

Bien, ahora toca pensar, que motivaciones tenemos? Que queremos hacer con nuestra vida? Quieres escoger una vida de dinero y comodidades? Quieres un coche de la ostia, una tele de cine o una casa en la zona alta? De que te servirá eso? Te dejara satisfecho? Crees que irte del país servirá de algo? Te llevas los recuerdos como tus putos calzoncillos en la maleta. Su imagen seguirá persiguiéndote, oirás sus gemidos en la cama, pero no sera contigo. Bienvenido al maravilloso mundo de las pajas mentales. Ja...la has cagado. Las mujeres están ahí en la calle, puedes salir a por ellas, puedes tirártelas a pares, pero crees que cuando estés encima (o debajo) de ellas no te pegara una bofetada en toda la cara su recuerdo? No pensaras que ella puede estar exactamente igual? Debajo o encima... piénsalo y adiós a tu erección.

En fin, la botella de vino se acabo, no hay tabaco. Hay que bajar a comprar. Quizás cuando vayas al estanco encuentres a una chica comprando tu marca y hables con ella. Quizás tengas suerte y la puedas invitar a tomar algo. Quizás seas un hombre mas afortunado y te vayas a la cama con ella. Ahí se acabo tu fortuna. Tal como te despidas de ella, no la vuelvas a ver jamas...eso si no quieres que la rueda de la vida de otra vuelta y tengas que abrir otro blog.

La muñeca rusa

Agarra la cerveza y le dice:

- Ayer le conté un cuento a mi novia en la cama para que se durmiera.
- Que romántico –dice ella con sorna – Te habría dado un buen polvo, entonces.
- Precisamente lo hice porque no me apetecía tirármela.
- Qué raro…¿un hombre rechazando sexo?
- Ya sabes lo que dicen: No hay tía buena que no tenga un hombre cansado de tirársela.
- ¿Y eso también te pasara conmigo?
- ¿Quién sabe?
- Yo no lo sé…ni quiero. Dime, ¿de qué iba el cuento?



Ella está en la cama, jugueteando con el pelo de él, mientras él intenta dormirse. Ella le besa la oreja y parece querer ir más allá. El abre los ojos y mira hastiado hacia el techo. Se da la vuelta y la mira a la cara, ella sonríe picara, él le devuelve una falsa sonrisa y atrae su cabeza hacia su hombro. Le pregunta si le apetece un cuento y ella lo mira extrañada, pero no desperdicia nunca la oportunidad de que él le cuente una historia, así que suspira, se apoya bien en su hombro y cierra los ojos esperando. El la mira, inspira y se aclara la garganta.



“Me he hartado de mi vida. No soporto a esa mujer, no soporto a esa hija adolescente, no soporto vivir bajo su mismo techo y escucharlas discutir cada día. La he amado como ningún hombre amaría a una mujer, pero el dinero no nos ha traído la felicidad. Al contrario, nos ha hecho desgraciados, nos ha convertido en desconocidos y la hija que criamos como un tesoro, ahora se ha convertido en una extraña en nuestra casa que nos odia y nos grita. Tanto amor se ha convertido en una bilis repugnante…asco y rabia por una familia que ya no es la mía. Bajo la capota de mi coche, esperando que el aire de esta carretera de montaña me despeje las ideas. Cierro los ojos y pongo la mente en blanco.”

“Me he hartado de mi vida. Odio a ese hombre. Odio su superioridad, su mirada por encima del hombro. Sus horas desaparecidas, sus borracheras al llegar a casa y su brutalidad. Fueron unos años muy bonitos, pero la convivencia ha matado el amor que teníamos, se ha descubierto a la otra persona que en realidad es él y ahora ya no quiero nada más. He tenido miedo, mucho miedo, pero ahora la desparecida seré yo. Adiós a todo. Me llevo su coche que tanto quería. Su coche que tanto le gustaba hacer correr para asustarme. Pues ahora la que corre soy yo. Corro y corro para alejarme de él.”

“Llevamos tres meses en la cabaña. Estoy enamorado de esta mujer. Ella es todo lo que siempre he querido, amable, atenta, apasionada. Al final el accidente ha sido un golpe de suerte. Aun no entiendo como no vi su coche, ni como salí del mío, ni siquiera entiendo el hecho de que hayamos decidido quedarnos en esta cabaña después de perdernos buscando ayuda. Pero todo está claro, es el destino. El destino quería que abandonase la vida de lujos y me encontrase a gusto con esta mujer viviendo de lo que cazamos y cultivamos. Soy tan feliz.”

“Llevamos tres años en la cabaña. Estoy harta de este hombre. ¿Cómo he podido estar tan ciega? Empezamos tan bien, todo parecía un cuento. Los primeros meses en la cabaña fueron geniales. Pero ahora estoy harta de esta vida, de tener lo justo para comer; no pasamos hambre, pero echo de menos las luces de la ciudad, un coche, ropa decente, una casa, una piscina…seguridad. Estoy decidida, saldremos a buscar ayuda de nuevo. Esta vez lo guiare yo, no quiero estar dando vueltas y más vueltas para volver de nuevo a la cabaña como siempre.”

Discutieron una última vez. Sobre si salir o no de la cabaña. Al final ella gano, como no, una mujer gana siempre la discusión. Salieron y caminaron, ella delante, mirando al suelo, marcando un rumbo. Al cabo de dos horas de atravesar el bosque, como siempre, se encontraron de nuevo con la cabaña. Una nueva discusión y el ya está harto de esa situación. Vete tú, le dice. Busca lo que quieras y si encuentras algo disfruta de la vida que te espera. Así que ella se va y sigue su rumbo. Anochece, pero no quiere volver. Sigue caminando en medio de la noche y finalmente llega a la carretera. Lo que ve la confunde, muchas luces amarillas y azules que se mueven, luces blancas fijas. Se acerca más y ve lo increíble: su coche sigue ahí. Esta destrozado, pero los bomberos están retirando algo que parecen restos de un cuerpo humano, envuelto en una manta blanca. Cuando llevan ese bulto a una bolsa negra ella lo ve. Es su mano. Es su anillo y su pulsera. Es ella.

El sigue contando su cuento, dice que la chica conmocionada se gira buscando el otro coche, el de el, pero cuando le va a explicar el final escucha una respiración acompasada en su hombro y sabe que ya está dormida. Se pregunta que pasara si sigue contando el cuento mientras ella duerme. ¿Quedara satisfecha su mente inconsciente, sabiendo como acaba la historia? ¿O le hará repetir la historia mañana porque no se ha enterado ni de la mitad?

- ¿Y qué hiciste? – pregunta ella bebiendo de su cerveza.
- Pues la dejé con la cabeza en la almohada, me di la vuelta y me dormí.
- ¿Y no te ha pedido el final de la historia?
- Pues no…¿Te interesa a ti acaso?¿Te ha gustado?
- Sinceramente…eres mejor amante que cuentacuentos.
- ¿Ah, sí? Pues acércate, que te voy a amar.

Fiesta de pijamas

Luego estuvo aquella vez. Yo había estado conviviendo con ella durante cerca de un año y teníamos una relación de aproximadamente 2 años cuando decidió que se agobiaba y se largo a su país.

El mismo día que se fue, baje a lo que algunos llamarían licorería, pero que en realidad es una tienda de pakistaníes (benditos pakis, trajeron los badulakes y los lateros) y me aprovisione de vino barato, latas de cerveza y algo de whisky (también barato, por supuesto). Llame a todos los polvos que conocía, que no eran muchos, pero les dije que se trajeran amigas…que haríamos una fiesta de pijamas. Resultó que en mi piso de 50 metros acabaron entrando cerca de 12 o 14 mujeres y alguno de sus amigos gay. Yo los miraba y pensaba, estos tíos no se lo montan nada mal, están siempre al lado de mujeres increíbles y con la excusa de que no se les pondrá dura con ellas, les meten mano sin parar. Debería aprender algo de ellos…sutilidad, supongo.

La cuestión es que empezó a correr el alcohol y poco más tarde lo hicieron los porros y la cocaína. Yo iba con mi vaso de whisky de un lado para otro, escuchaba conversaciones, reía las gracias y de vez en cuando entraba en alguna conversación. Tarde poco en agotarme de tantas mujeres y sin haber tocado a ninguna. Realmente había montado una fiesta de pijamas…bravo por mí. Cuando empezaron a buscar por internet cortes de gran hermano, decidí que aquello era demasiado para mí. Serví una última copa bien cargada, me lie un cigarrillo y me fui a la cama. Pensé en todas esas mujeres en mi comedor, en mi cocina, en mi baño…incluso en mi terraza. Algunas eran tan bonitas y tenían tan buen polvo…intente ponerme cachondo, pero no hubo manera, la coca había hecho su trabajo. Mucho después, en mi estado de duermevela, escuche rumores y el sonido de las conversaciones que se habían ido apagando poco a poco. Me pregunte si acaso se estarían quedando dormidas…me cruzó la cabeza una imagen de 6 o 7 mujeres desnudas, estiradas en el suelo de mi comedor, haciendo la forma de una rueda que no se separa en ningún sitio...ya sabes a lo que me refiero. Con ese dulce pensamiento en mi cabeza volví al sueño.

Desperté porque tenía algo que no me dejaba respirar…palpe a la altura de mi boca y toque algo frio y blando. Con una rendija por ojo entreví que eso que tenía en la mano era un pie. Seguí con la mirada la línea que empezaba en ese pie, seguía por una pierna y por lo que veía terminaba en un culo. No era el mejor culo que había visto, pero no estaba mal. Puse ese pie sobre mi pecho, guardándolo con las dos manos como una vieja haría con su bolso en el autobús, y respire hondo. Esa hembra olía de puta madre, olía a sexo y si no me fallaba la memoria no había visto a ningún macho heterosexual en mi fiesta. Así que o bien había acabado follando con alguna o bien esa señorita con el pie en mi pecho había estado jugueteando en la acera de enfrente…no se que era mejor. Decidí hacer algo conscientemente y levante la pierna para ver algo más interesante, pero en vez de la parte más intima de ella, lo que vi fue una cabeza de mujer. O bien estaba soñando o la resaca era peor de lo que me temía. Asustado, o quizás esperanzado, me acabé de incorporar y miré a mí alrededor. Si, tres lindas señoritas habían decidido acompañarme en mi cama de matrimonio. Pensé en trabajarlas a las 3, pensé en despertarlas dándoles con mi lengua y pensé en mover acompasadamente mis manos y mi miembro. Un semental contra 3 vírgenes.

Me levanté de la cama y fui a por una cerveza…dicen que va bien para la resaca.