Recuerdos..

Ya se que prometí otra cosa para la próxima entrada, pero estoy bastante desilusionado con este blog ultimamente y al ver las fotos de una vieja conocida (vieja zorra, también, claro) recordé algo y me dio la puta gana de escribirlo. Ha servido para subirme algo el animo, bien por mi...ahí va:

En la sala estábamos, caminando hacia al baño, 4 de mis amigos y yo. De repente apareció ella, levitando por encima de la sala, superior a todos los mortales, un ángel entre los humanos. Iba con 4 amigas, todas angelicales…que hermosa casualidad, 4 amigos, 4 amigas…lastima que estas llevarán detrás a sendo cuarteto de maromos que mas bien parecían salidos de una revista underground….flacos, pálidos y vestidos con ropa que a ellos les debía parecer el ultimo grito (hermano, estoy contigo, eso que llevas es para que te griten a la oreja “¿¡TUTE MIRAS AL ESPEJO ANTES DE SALIR DE CASA?!”)

Los dos caminábamos por delante del resto, lideres de la manada…Nuestros respectivos amigos se dieron cuenta del encontronazo casi antes que nosotros. Cuando estuvimos a pocos centímetros nos reconocimos, yo levante las cejas, ella abrió los ojos. Al momento su amiga le pasó un cigarro, ella empezó a fumar compulsivamente mientras me miraba. En vista de que le costaba hablar me empecé a liar uno de mis cigarrillos, mirándola, esperando una explosión por su parte. Cuando acabe de liar ella hablo:

-¿Qué tal?

-Bien, me gusta esta sala. Solemos venir por aquí de vez en cuando. –respondí yo, pensando al instante que habia dicho demasiadas palabras.

-Ah…nosotros veníamos mucho, antes, pero se ha masificado, la gente y la música ya no son lo que eran…en fin, veníamos a recordar viejos tiempos.

Hubo un breve instante de silencio. La balanza se inclinaba hacia ellos, sus amigos y ella misma parecían de repente muy altos…nosotros cada vez más pequeños. Los Vips perdiendo el tiempo con los que nunca conseguían entrar en el local. Así que pensé, bueno, debería decir algo. Le di una calada al cigarro y mientras echaba el humo le dije, con voz suave, en la oreja:

-La próxima vez que queráis recordar viejos tiempos me lo dices y os pongo en la lista para entrar gratis…

-Oh no, gracias, nos entra el dj. Es un viejo amigo – dijo ella, apartándose de mi, con una media sonrisa que rápidamente se convirtió en 5 medias sonrisas mas, cuando sus amigas la imitaron y en 4 mas cuando, al segundo siguiente, los pobres retrasados de sus amigos se dieron cuenta de la situación…vaya, pensé, que poca personalidad…cuantas futuras victimas de una secta suicida…y me deleité con ese pensamiento.

-Ah si, he hablado con el un par de veces. Me lo presentó “XXXX”, es la camarera de la sala roja… también es una vieja amiga. – vi relampaguear un destello de furia en sus ojos y fue ese momento de triunfo mental en el que me imaginé a mi mismo abriendo los brazos y a mis amigos chocándome las manos…”Oh yeah”

Entonces sucedió…..ella no se pudo contener y sacó la artillería, dispuesta a liquidarme.

-¿Qué tal esta Naiara? – la expresión de dolor en mi rostro fue visible para toda la sala, todo el edificio y puede que para toda la calle.

Mis amigos se adelantaron un paso hacia ellas, amenazantes. Ellas no retrocedieron, les miraron a todos a los ojos adelantando el mentón. Los pobres idiotas que iban con ellas encontraron ese el mejor momento para revisar sus uñas, sus móviles y el estado general de la decoración del techo de la sala.

Dios mío, pensé, es como una mala película…o sacamos navajas o nos ponemos a bailar….Sin embargo no atine a decir nada mejor:

-No…lo se. Desde que lo dejamos no la he vuelto a ver.

-Ah…bueno, si la ves dile que me llame, hace mucho que no quedamos.

Descubrí entonces lo rápido que puede pasar alguien de un simple desprecio natural al odio mas profundo. Agarre con fuerza mi whiskey, le di el último sorbo y le dedique una sonrisa llena de colmillos:

-Perfecto…pero últimamente me decía que no quería quedar mas contigo. Dijo que no compartía tu gusto por comerle la polla a cualquier chulo a cambio de un par de rallas…

Y estalló...Oh, si, estalló como deben estallar las estrellas allá en lo más lejano del universo. Sus amigas saltaron sobre nosotros como gatas cabreadas, acabe en el suelo, recibiendo patadas de esos tacones nuevos y caros.

Y disfruté, puedes jurarlo, disfrute con mi nariz rota, con toda la sangre de mi cara, mis dientes rotos y mis costillas partidas…mirando desde mi alcantarilla podía ver la furia de las que yo creía ángeles, de repente sus caras desfiguradas por la impotencia y el odio, su pelo revuelto, su ropa arrugada y rota…y me sentí a gusto, complacido conmigo mismo…había matado a un ángel.


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